sábado, 26 de septiembre de 2015

151

Me duelen los ojos, 
no hay esperanza 
en este circuito 
de toros ensartados
las lanzas vuelan 
de Tordesillas a la frontera
donde los refugiados
se desgarran las gargantas
el miedo es el mismo.
Rechazo de acercarse el porvenir, 
por miedo a perder certezas tan efímeras 
como el tacto de una estrella fugaz
en el vientre del cielo.
Se nos escapa la vida 
en la absurda creencia 
de que las cosas encajadas 
nos llenan los espacios, 
dejando el vuelo solo para los locos 
que alguna vez soñaron con ser pájaros.

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