viernes, 20 de noviembre de 2015

185

Habla con las plantas, les dice: ayer mientras me duchaba arbitré una competición entre tres gotas. La mampara estaba a rebosar de público. No recuerdo quién ganó si os digo la verdad, me distraje mientras coreaba una canción de The Cranberries y se me fue la cabeza a otro lugar llamado Sevenland. Caminé entre elefantes, me hablaron de una mujer que tenía una colección de sinónimos de viento y me propuse encontrarla.
Un hombre pájaro que cargaba con una ciudad me dijo que prestara atención al hueco entre estrellas. Y estuve estudiando cada rumor de sueño, atento a las leves ondulaciones de la noche. Tuve la suerte de tropezarme con un pliegue de papel, cuatro palabras exactas y caí en el horizonte de su hombro.
Tenia la piel morena y esa mirada de selva capaz de desarmar el tiempo. Os juro que creó un clima alrededor que deshizo lo que quedaba de mi ombligo. Chocar contra su sexo era una sensación inabarcable desde el lenguaje, por eso a estas alturas poco os puedo añadir y sin embargo os diría que hagáis el amor mirándoos a los ojos, no existe otra manera.


domingo, 15 de noviembre de 2015

184

La radio era un androide luminoso
el eco amable que todo ciudadano del futuro
tendría cerca cuando la noche o la extensión 
del horizonte se calcula en punzadas
te digo que tus ojos verdes duelen 
su intensidad es la medida del color
del perchero que hace unos
minutos era volante
cuelgan varias prendas
el vaho nos oculta de la calzada,
quizás cuando salgamos de nosotros
sea esta otra ciudad
imagínate que amanecemos en Berlín 
te digo 
mientras desnuda estiras las piernas 
rozándome el pecho
abres una pequeña rendija
de la ventanilla,
como si rasgases el calor
se precipita el hálito 
de la mañana

lo invade todo.

183

1) Se cuenta que una vez, un poeta fue a un recital con Jam posterior y no recitó.
2) Ese mismo día, tres poetas mutaron su forma humana, uno se convirtió en oreja, otro en copa de vino y el tercero en silla sin ocupar. En cada uno de los casos, experimentaron la increíble sensación de escuchar todos y cada uno de los poemas de los demás.
3) Cuentan incluso que el editor que presentaba el evento, no habló de sus retoños diferenciándolos del resto de ovejas descarriadas.
Fue asombroso observar como solo presentaba.
4) Hasta el público( dos personas *), pidieron bises y triples y se vendieron más libros que cervezas.
* Es importante resaltar, que en cada evento de poetas, los poetas triplican en número a los solo asistentes.


182

Hoy que la gente anda buscando citas que sean acordes, al pelo, exactas. Una explicación al terror, a la barbarie, la cara más cercana de la muerte. Hoy que el miedo nos roza sin sentirnos y podemos mirar la televisión con todos los pies y manos intactos. La vida duele y nos sentimos seguros en la inmediatez del milagro de la distancia. 
París está a dos pasos, pero las balas no nos llegaron. 
Por eso hablamos de más, como si en un instinto de supervivencia hinchásemos de palabras el cielo. Hay opiniones de todo tipo. Algunos lloran por Francia, despliegan violines y poemas, desatan fuerzas escondidas, otros miran para otro lado, recuerdan otros atentados menos mediáticos. En su reflexión hay parte de realidad, pero también una necesidad flagrante de diferenciarse del resto, guiados consciente o inconscientemente por el ego. Hasta en estos momentos , cuando los caballos del Apocalipsis prenden una ciudad, buscamos la individualidad y el pensamiento arbitrario.
Yo digo que la única forma de combatir la barbarie es a través de la vida y el no miedo. Salir igual que ayer, teniendo una solidaridad común, un hombro con hombro sin necesidad de comulgar con frases exactas, ni edificar Torres de Babel, simplemente permaneciendo juntos y enfocados en la misma dirección.


181

Apagar la tele
no la dejéis hablando sola, de fondo
como poniendo voz a vuestro silencio
Miraos a los ojos
que el tiempo se escapa 
y nunca es suficiente.


180

Me siento tremendamente vivo y feliz en el ensayo.
Vivo en el presente de la escena, en el universo de lo que se va creando, en la exactitud de lo inclasificable, en las faldas de la búsqueda.
Cabalgo, llueve, salto.
Nadie nos juzga. Ni tan siquiera el resultado. 
La belleza es ese instante de encuentro con el otro, el vínculo creado, la seguridad de estar arropado en el epicentro del vacío, mientras se va remando hacia la orilla, si es que existe. Porque a veces nos quedamos a vivir allí.