sábado, 7 de marzo de 2015

FIFTEEN

Escribo al vacío
arrojando martillos 
a la garganta de la noche
por si la luz
aparece
y tiemblo.


FOURTEEN

Hay un ejercicio de alquimia
que consiste en escribir
con una mano lo que el cielo ofrece,
para después traspasarlo al papel. 

Los niños saben hacerlo a garabato y anarquía,
demostrando que existen realidades
mucho más divertidas que las nuestras. 

Empiezan deformando las líneas de los cuerpos,
liberándonos del peso de las formas.

Viejos sabios, nos retratan con aspecto de nube,
convencidos de que para que juguemos con ellos,
primero debemos aprender a volar.

THIRTEEN

La voz aterciopelada de fondo, añade un tono de calor a la estancia.
Huele a café recién hecho y párpados abiertos.
Aquí el idioma se transmite de una cucharilla a otra. 
Elijo la silla del Sombrerero, la que está frente a la calle.
Veo la perfecta disposición de los semáforos a través de la fractura del cristal. 
La gente tiene un cuidado exquisito en no rozarse, 
como si fueran extremos bailarines zurdos
tratando de esquivarse la verdad.


TWELVE

Cada vez me cuesta más conectar, no sé si estoy cerrado a la guerra o si el mundo ha cambiado.
La incertidumbre reina en las calles de mi vida. 
Juro que solo veo en el amor más que una palabra, podría hacer 68 poemas a sus gritos de color, para después salir a la calle del silencio sin un solo botón que repartir. 
Desconfío de la realidad, veo soledades amplias que luchan por desnudarse sin demasiado sentido. 
Veo violencia y comportamientos polarizados, síndromes de Estocolmo tan arraigados en los huesos de la gente que es difícil abrirse hueco a través de la emoción sincera.
No niego que mis vértebras se mueran por una primavera de sombras chinescas, pero cada vez veo más lejano el Reino de dos.
Las tarifas planas se hicieron para que la masturbación eterna del yo entrara por la ventana. Desde entonces solo hablamos desde dentro.


ELEVEN

Últimamente intento conocer mi cuerpo, aplicándome en cada resquicio o sístole. 
Empezando de cero, practico la respiración y el asombro. 
Intento concentrarme en un punto o lunar, antes de mirar hacia fuera y perderme en los significados del mundo. 
No puedo conocer, sino me conozco.
No puedo amar, si carezco de la capacidad de quererme.
No fluyo, lo percibo a través de los músculos.
Por eso trabajo cada día y sin descanso en la fractura.


TEN

Cada día que pasa embellezco mis errores,
los saco al sol para que luzcan bien,
vistiéndolos de domingo para que jueguen
en el parque con los otros. 

Siempre me vuelven multiplicados,
con alguno nuevo que me recuerda lo mucho que me falta.