martes, 30 de septiembre de 2014

CIII

En el vagón de metro
concretamente en la estación de Colombia
sentada enfrente mío
iba una chica con un teléfono-mp3
escuchando música

tenía el pelo castaño recogido en una coleta
los ojos azules, vaqueros y una sudadera azul

iba sin pintar, ni falta que hacía


bien, como iba diciendo
ella escuchaba música 
y yo leía Bakuman
cuando
de repente le entró una llamada

( debo añadir que su cara seria 
era producto de los acordes,
lo sé porque yo hago lo mismo
cuando escucho algo
que me encanta)

le entró una llamada
y la sonrisa brotó salvaje
como una primavera de noviembre

fue entonces cuando la gente
comenzó a bajarse del tren, 
tropezaban unos con otros 
en el intento
aporreaban las puertas


creo que yo fui el único que permaneció en el vagón
ante semejante manifestación de alegría.

CII

Hoy tuve un sueño tan profundo
que se me clavaron los países que visité
diecinueve en total, así que al despertar no sabía
qué desayunar, mucho menos qué ponerme.

domingo, 28 de septiembre de 2014

CI

Dejo de escribir
cuerdo las letras
Dono un folio a medias
lleno de dinosaurios y amaneceres, 
a la primera criatura que venga
con ganas de imaginar
rumbos nuevos 
que intente habitar
el espacio que yo no supe
abordar en el poema.

jueves, 25 de septiembre de 2014

C

Siempre somos los mismos
en esta red social o Facebook
mientras la vida bulle fuera 
Podríamos hacer una antología sempiterna
una Torre de Babel de poesía
tan grande como la generación del 27
dejar una última huella para después cambiar, mudarnos
a otro papel en blanco
y empezar de cero
siendo unos perfectos desconocidos.

domingo, 21 de septiembre de 2014

No soy poeta.

Vengo a ensuciarme
hincar los codos en el poema
sin pretensiones, ni acuerdos tácitos

escribo porque no sé
en el avance voy descubriendo

soy el bufón de la corte
no tengo niños publicados

soltero a pie de página
sin público de mesilla de noche

acumulo tres desahucios de poetas consagrados,
me invitaron a salir de sus reuniones de luz y control
donde suelen definir qué es poesía y que no


después del  primero sentí gran alivio
me salvé por los pelos de la etiqueta,
desde entonces escribo como se sueña
sin cargas, ni honores
volcando la vida y la noche
como si cada verso fuese el último.

viernes, 19 de septiembre de 2014

jueves, 18 de septiembre de 2014

XCVIII

Hay algo hermoso y bello
en los que se resisten al invierno
y caminan desabrigados
las aceras de lluvia y otoño,
como si el verano fuera posible todavía.

XCVII

Últimamente me falta una mano para escribir, la vida me arrolla las horas y no alcanzo. 
Me gustaría exiliarme, caminar en paralelo, desnudarme o girar, cambiar pautas por sueños.
Pero por más que lo intento, ya no puedo alcanzar la luna con la libertad necesaria. 

Me apago. 

De caminar baldosas me he vuelto gris, desconfío del amor y los carteles de las grandes superficies. Solo veo mercados y leyes de intercambio. Pujas interminables entre soledades apátridas que se usan para tapar huecos insondables.

No se tapa la vida con otra, si acaso se aprende el lenguaje.

La selva de cemento lo resume perfectamente.
Sólo hay pintadas dentro de las pantallas de los teléfonos móviles,

mientras inmóviles esperamos las respuestas que las paredes ya no pueden darnos.

Yo necesito respuestas.

Necesito que alguien me diga que la palabra deseo no es una palabra, ni un puñetero emoticono.

XCVI

Que la única lanza sea la de Don Quijote, pensaba hace unas horas,
con la tímida esperanza del que a veces sueña. 
Pero la realidad ha vuelto a toneladas, de poco han servido los sueños,
las manifestaciones,las palabras, cuando la brutalidad del hombre
aplasta de manera sistemática cualquier avance.

Cada vez menos Sanchos en este mundo violento, absurdo y demente.

domingo, 14 de septiembre de 2014

XCV

Hay un tipo con la mirada perdida sentado frente a la parada de autobús.

Fuma un cigarro detrás de otro, siempre hasta el filtro.
Después de cada calada, se gira y escupe,
para después seguir enfocando un punto del cielo. 

Sé que no dudaría en matarme si fuese necesario. 

XCIV

Siempre hay un después del hecho artístico. Imaginaros la cumbre de una montaña rusa, la coronación de un orgasmo o la resolución de un fórmula indomable. Multiplicarlo por cien. El artista bombea intensidad y delirio en los estadios del poema, el acto interpretativo o la ejecución de la pieza musical, en estrecha comunión con el público o ese espacio ocupado por la mirada del otro. 
Después viene el vacío.
Son tan importantes los minutos siguientes. Cada uno los enfoca según su fortaleza mental.
Después de estar reflexionando sobre esto, creo que la longitud de una carrera, se mide por la capacidad de administrar estos momentos.
Hay quien equilibra el paralelo de la euforia y quien en un juego bipolar desacelera, encadenando una serie de rupturas. (En otra reflexión posterior me gustaría exponer los distintos factores que llevan a uno u otro extremo.)
Yo me situo en el segundo grupo.
Si me ataño a mis últimas experiencias cercanas al Nirvana, como por ejemplo la representación de Después de la lluvia, la escena de Quién teme a Virginia Woolf o la presentación de la gala del disco del micro abierto de Libertad 8, después de cada una de ellas, me he visto desplazado hacia el espacio oscuro, por la sinergia de las diversas capas que definen mi personalidad, actuando en estrecha colaboración.
Como decía, la longitud de una carrera depende de la capacidad de administrar estos momentos, por lo que una vez elegido el camino, hay que aprender a caminar.
En eso estamos.

XCIII

Las únicas reglas que a día de hoy, todavía cumplo de manera estricta, son las siguientes: 

1) No entrecruzar los rayos( en el caso de que me contraten los cazafantasmas.) 
2) No dar de comer a los gremlins después de las 00:00.
3) Dar la espalda a Freddy Krueguer, si me da la plasta en un sueño.
4) No encender la televisión cuando esté fuera de emisión, ( mucho menos después de que suene el himno americano) 
5) No negarme jamás a dar cera y pulir cera, si un japonés simpático me lo pide. 

Y sobre todas ellas, la más importante: no aceptar caramelos de un desconocido.

XCII

El cielo a punto de partir,
blando como una hogaza 
de tiempo

las calles en silencio
desprenden 
ese aroma de sueño
todavía.




XCI

Hago muecas en los espejos, 
en cualquier espejo ( sí, en los de los ascensores de la oficina también) 

Pongo caras, muchas diferentes, 
como si me tomase un respiro de la vida seria
y durante unos segundos 
recuperase el desequilibrio.

XC

Si encontráis a un doble mío por ahí, darle el alto,
seguro que es una versión mejorada de mí mismo. Entretenerle mientras llego, 
que tengo una conversación pendiente con él basada en dos puntos: 

1) ¿No te da vergüenza dejar el espejo huérfano? 
2) ¿ Por qué siempre te tienen que atraer las mismas mujeres que a mí?

LXXXIX

El silencio 
cabalgando 
madrugadas 
como esta 

Vivo en la exactitud

Dono mi cuerpo a la ciencia
para sentir el tacto 
de otro 

Ábreme, que tus manos
de mujer investiguen
los puntos huecos.

LXXXVIII

La imaginación 
es un idioma 
que se aprende jugando

salgan de sus pantallas 
de rutina,
planten cosos
déjenlos crecer

que se alimenten
de las horas iguales
de los calendarios.

LXXXVII

Cada vez es más fácil decir te quiero, 
las palabras salen como peces, resbalándose de la boca.

Yo prefiero el silencio,
la ternura de unos labios semiabiertos,
esa mirada amable y profunda
que no necesita de verbo que la suscriba. 

LXXXVI

Todavía no he logrado averiguar
si era mi sombra o yo
quien escogía el siguiente cómic que leerme.


LXXXV

Maldito Bukowski
malditos sean sus versos sucios 
su aliento de ciudad, su cerveza 

maldita sea su aparente 
falta de ritmo, sus imágenes

más fuerte te golpea después
cuando confiado crees 
que puedes controlar sus pasos

maldito seas viejo cabrón
por romper el sistema de creencias
las ciudades limpias, el olor a rosas de los versos extraplanos

que hay cientos de poetas
mariposeando alrededor de tus poemarios,

repitiendo coños, putas y demás palabros,
utilizando la suciedad como reclamo
sin llegarte nunca a la suela del zapato.

LXXXIV

Quiero viajar, probarme 
otra ciudad, otro cielo 
dejar la realidad que ahora suena, cambiar de trabajo, intentarlo 
reventar el sistema de creencias que me nombra, 
no sabéis mi nombre, 
no sembréis mis campos.

LXXXIII

Hoy leí una noticia sobre un peluquero en Nueva York, que en su día libre corta el pelo a los vagabundos de la ciudad. 
En principio pensé que una persona sin techo y sin las necesidades elementales cubiertas, poco o nada puede importarle su aspecto. Esa ha sido la primera idea que me vino a la mente, pero después he seguido reflexionando y creo que sucede todo lo contrario. El aspecto es una consecuencia de la suma de factores que han llevado a una persona a la intemperie, por lo que creo que al recuperar fragmentos de ella misma entre los escombros de su vida, puede nacer un leve resquicio para la esperanza.

LXXXII

Prueba a estirar la comisura de los labios,
que brote la sonrisa y el idioma restante 
sea una liana eléctrica que te conecte con el entorno.

Hay una ciudad allí, un vaivén de niños jugando a la rayuela de los sueños.

LXXXI

La vida me ha hecho temer dos cosas ( bueno tres en realidad): 
el dentista, conducir un coche y las despedidas a pie de tren, 
autobús, avión o cualquier medio de trasporte. 

Esto último es algo que llevo fatal. 

El día en que me voy o se va, el día en que nos vamos o se van, 
ese día estoy taciturno, insoportable, gris. 
Me apago como las bombonas de butano ante un soplo de tiempo, 
frunzo el ceño y hablo solo lo indispensable, prefiero escribir, solo escribir, solo escribir...

LXXX

Sigo aprendiendo, me observo
busco en el idioma 
la palabra exacta

intento no repetirme, 
lucho contra los fantasmas 
que se fueron y vuelven 

nota a pie de página: 
el equilibrio mental
es una utopía

paso de cero a cien
en dos segundos

es fácil tumbarme
es fácil hacerme caer,
hay algo dentro de mí 
que pugna
por desvirtuarme de mi cuerpo

pero después del suelo
vuelvo a nacer

la reinserción en la sociedad
suele prescribirme
dos semanas
de ayuno en los espejos

no te mires dicen
las murallas,
quédate en el marco
haciendo pruebas de voz

y me quedo
un mes, dos años
observo los enlaces bivalentes

me enamoro de las mujeres
de mi entorno, me acerco
las hablo a los ojos, lo intento
quizás equivoco la expresión

pero no suele suceder nada,
la ciudad está llena de momentos como este,
en los que

ya no sé si soy un hombre
o un cacho de pan.

LXXIX

Hay que destapar la belleza en el momento exacto,
no cuentan las palabras pretenciosas como anclas, 
el tesoro amanece cuando quiere, es preciso no olvidarlo.

LXXVIII

Abrir puertas 
palpando cada grieta
en paz con el surco de los años 
y la frente enfocando 
lunas nuevas.

LXXVII

Reír como si la risa fuera el idioma
y las huellas al borde de la orilla, 
la única certeza del paso del tiempo. 

Nos comunicamos de labio a piel, de verso a música 
como si vivir fuese esto: un perfecto estado de alegría.

LXXVI

En un acantilado de la playa
hay una pintada que dice: 
siempre es siempre 

la suelo ver desde el mar
mientras nado o sonrío, 
con esa certeza de 
que volveré aquí 
muchas noches
a seguir escribiendo 
poemas como este.

LXXV

Aquí las casas tienen
nombre de mujer, 
las miramos desde fuera 
resaltando las vocales
a la vuelta de la playa.

LXXIV

Ayer cenaba en una terraza con mis padres, mi primo y mi hermano.
Apuraba una cerveza mientras esperábamos que nos sirviesen una pizza.
Irrumpieron dos niños por el flanco izquierdo.

Al principio solo me detuve a escucharles de refilón, me dio la sensación 
de que jugaban al fútbol, pero no escuchaba el balón, así que me giré a mirar...

¡Estaban jugando al fútbol sin balón!
Sonreí, acordándome de mi maestro y mis compañeros de teatro.

Una vez más quedó claro que el único elemento indispensable en la creación, es la imaginación.

LXXIII

Cada vez más oscuro y más difícil este mundo, en el que opinamos de una guerra 
donde mueren otros a miles de kilómetros de distancia.
Se comparten los vidrios ( sí, digo vidrios y no vídeos) de matanzas, para luego enlazar trending tópicos de arengas cuasi militares, desde nuestro refugio de primer mundo. 

No sirve de nada la palabra lejana, si no está precedida del cambio profundo en cada uno de nosotros. Si miramos la muerte desde lejos, sin darnos cuenta de que esta insensibilidad tan nuestra nos reduce a disonancia, cuando lo que de verdad necesitamos es hacer ruido. Ruido que haga temblar el paralelo del poder, empezando por el nuestro, el más cercano.
Solo así se garantiza la onda expansiva entre los pueblos, entre idiomas que se reconocen en la distancia.
No hay buenos ni malos, los hay malos y peores, y muertos muchos, detrás de un mundo desigual e intransigente, donde todavía convivimos dentro de la Torre de Babel, gobernados por los mismos de siempre.

LXXII

De pequeño estaba apuntado a un equipo de fútbol sala, también de fútbol once, me pasaba el día con el balón en los pies. 
Entrenaba bien, disfrutaba con el balón, acariciándolo en cada regate. 
Pero llegaba el día de partido y me paralizaba, veía el balón pasar una y otra vez, las piernas de mis compañeros, las de los jugadores del equipo contrario, el cielo, la arena del campo, la lluvia, el silencio.
Cada fin de semana era así, entre semana disfrutaba entrenado y el día del partido me paralizaba; para mí todos los partidos terminaban en drama, porque me daba mucho coraje esa parálisis momentánea que se apoderaba de mi.

Ahora 20 años después, llevo un tiempo desquitándome, cada vez que me subo a un escenario, en cada poema, en cada escena de teatro, hago las paces con el niño de entonces y disfruto tanto, tanto, tanto...

jueves, 11 de septiembre de 2014

martes, 9 de septiembre de 2014

LXX

Siembro cada noche
verbos nuevos
los saco a la ventana
a plena luz de luna

la suave caricia de marfil
los acaricia levemente
hasta que fuertes
pueden saltar del nido de la noche
hacia la suma de colores
del nuevo día.


domingo, 7 de septiembre de 2014

LXIX

Alimenta el verano

estado ideal
zumo de soles
poso de sueños

intercambio de olas
por huellas iguales

salvaje idioma
que se perpetúa
en la piel del cielo
como un tatuaje de marfil
a la orilla
de los días futuros.

martes, 2 de septiembre de 2014

LXVIII

El cielo es una pista deslizante
donde las estrellas
resisten poemas

Decía
que el cielo derrapa
en el intento de alcanzarse

toca con la punta de las horas
la orilla opuesta de la fe

Dios habita allí
cultivando las huellas de la historia
en cánones de belleza a trazos de barro

Yo escribo
con el cuchillo entre los dientes
y medio cuerpo dentro de la caverna,
asumiendo a duras penas
lo que pueda pasar.