domingo, 17 de mayo de 2015

55

La valentía no es solo cosa de cobardes,
también está ligada a la coraza y corazón.
Hay valientes que no tienen más elección
que arrojarse a la herida y el hueco,
en un intento de llegar a la otra orilla del yo.

54

De ayer a hoy
hay una infinitésima parte
del tejado
que ha comenzado
a desmembrarse
se ve otro cielo diferente al de mañana
que acaricia el ombligo
del cambio, la inestabilidad
o esa irrenunciable carrera de estar vivo
y preparado para seguir cometiendo errores.

53

Ascenderán a la superficie las gaviotas
picoteando los ojos de los bueyes
en una orgía azul
Esperanza abrirá las piernas
regando de fe a sus fieles devotos
los leones darán la espalda a la ciudad
mientras por el ala norte
hará su entrada triunfal
el príncipe de los pantanos
con su corte de asesinos
Franco ha vuelto
voceará la masa embravecida
Franco nunca se ha ido de los duros,
sigue estando tallado en plata, cobre y sal
y se oirán las cornetas
y los tanques de personas
barriendo del mapa a los mendigos.

52

Siembro al día
voy a la ventana observo
crecen los peces
en su baile dibujan irregulares caminos
que me salvan de la desidia del lenguaje
las palabras iguales fluyen
de puerta a puerta, de tele a tele, de bar a bar
de mitin a motín
el Imperio no avanza
el imperio es
aquí una flor de plástico, allí la nada
las ideas no gozan del permiso de residencia
la policía controla el afluente de luz
por eso cada vez más poetas escriben sobre poesía
cuestionando las imágenes presentes,
los estilos como piedras dulces
el mercado divido por cuadras:
poemarios alfalfa
poemarios participio
poemarios descriptivos
poemarios patrocinados por Coca Cola
poemarios diarrea
poemarios sin alma
poemarios rutina
poemarios coño
poemarios polla
poemarios caca, culo, pedo, pis
poemarios, poemarios, poemarios
y más poemarios
que se gestan en universidades de pega o de pargo
que se montan en tutoriales de Youtube
que se marcan con hashtag
que se manosean en las barras y en los bordes
poemarios con restos de semen y flujos
poemarios influenciados con comentarios influyentes
cada más poemarios y menos incendios
cada vez más público absorto
cada vez más sombras de grey
cada vez más guetos
cada vez menos soles
cada menos Lorca
cada vez más sed.

51

Vengo con una voz bajo el brazo
una noche entera, un país
sin miedo a la cuerda, la exactitud o el cielo
si oyes mi canto
podrás apreciar
cada uno de los matices
de mis huellas
como escalones de
verso, vértigo y dolor
enséñame
a viajarte
dime por ejemplo:
aquí hay una marca,
me la hice en un sueño
que se desprendió
de mi cintura
y entonces yo te respiraré
como la vida sucede,
sin responder a las
grandes preguntas
pero deteniéndome
en cada lunar o luna.

50

La calle es una pandereta herida
una suma de gritos y luces
cebras de paso, cigarrillos abandonados,
botellas sin mensaje
las intenciones se acumulan por antorchas con GPS
transmitiéndose a la velocidad del instante,
los dedos percuten palabras
atravieso la calle Huertas sin necesidad
de sortear ningún portador de flyers
nadie le pasa el testigo a la soledad
ella camina sola
fiel a mi espalda
asida por los codos
Mi cuerpo replica con juventud
afina las piernas, camina con nervio
como buscándose entre la gente,
mientras mi fuego se afianza en la
rutina a ciegas del tiempo indomable, la carga
Te juro que me siento tentado a dejar el poema
vaciarlo de ciudad, descargarlo de mí
limpiarle la imagen y devolvértelo,
como una carta cerrada y sutil sin remite
esperando no que me contestes,
si acaso que sepas que soy yo
el que llama con toda la fuerza
que he ido reuniendo
mientras cruzaba Madrid.

49

Llovía con una insistencia de tambores, como si el cielo llevara semanas acumulando
algún globo perdido provocó la estampida
Caminaba despacio y deprisa 
devorado por la decisión
que acababa de tomar
recorrió los tres kilómetros de parque varias veces, 
buscando la manera de reacomodar su cuerpo al futuro
Me crucé con él apenas un par de segundos, que se hicieron horas o vidas,
me reconocí en la postura,
la mirada perdida
el parpadeo involuntario del
agua sobre el agua
Y lo dejé atrás,
cerrando así la última herida.

48

Te digo
que en el sentido del tacto
manos es más
por eso no tengas miedo 
al contacto si vienes de Marte
o Japón
tocarse es como prolongar el viaje
de un idioma a otro,
restarse las soledades
mientras el ritmo equilibra
los fuegos.

47

El silencio y yo
la soledad y tú
pido la palabra
me vuelco y callas, 
te ignoro y vuelves.
Palpito sobre algún pronombre,
te digo la verdad sin aspavientos,
te enseño mis heridas
y desapareces
Y yo ya estoy cansado de ser hombre,
pero no he pasado las pruebas de lobo,
ni las de hijo de puta,
ni las de castor,
ni las de duende.

46

Hace unos días escribí que entrar a la sección de poesía de la Central o la Casa del Libro es como pegarse un tiro en el pie, por la colocación estratégica de los best seller que lo petan hoy en día. 
Fue una reflexión por encima, de la que quiero exponer la versión extendida. 
El día en cuestión estaba en la sección de poesía de la Central, buscando dos poemarios de dos poetas a los que conozco y admiro, de los que he leído mucho y muy bueno. 
Después de estar casi una hora tropezando con los mismos poemarios barra bar, barra voy a buscar el camino más corto del lenguaje, barra el tema es el mismo siempre, barra la experimentación se la dejo a otros, barra pero qué de seguidores y seguidoras, barra, jarra, barra twit, barra nenas derretíos, nenes tomar apuntes de lengua, cama, copa y yo..me di por vencido.
Fui a un amable trabajador de la Central, al que deletreé el nombre de la mujer y el hombre y de sus respectivos poemarios, para que me los pidiese a las editoriales, y asistí estupefacto a la escena de cómo hacía que buscaba, dando mamporros en las teclas, mientras ofrecía una pésima actuación, diciéndome que ya estaban reservados. Respiré, hice una pausa larga y le pregunté los nombres de los autores y sus respectivos poemarios. Empezó a balbucear y a decirme los nombres incompletos, así que me di media vuelta y me piré. En mi camino hacia las escaleras, me dieron ganas de llevarme los 60 best seller y repartirlos en el próximo viaje que haga a Cádiz, en cada una de las estaciones de servicio, para que figuren junto a los cds del Koala o Camela. Fin.

45

Soy valiente en mi desnudez
pero me falta equilibrio,
vivo al límite el poema
No me guardo para otra cosecha, digo amor tal como suena o sueño
Eso me hace débil y permeable,
poco atractivo
Lo que nadie sabe es la fuerza que tengo en los hombros,
tanta que llegará el día en que el cielo caiga y solo quede yo.

44

Me levanto de la noche
descalzo, con el cuerpo
seco de sueños
El reloj de pared arrincona 
mis dedos, los encuadra
como si fuesen vectores de ciudad
Hay demasiadas cosas con las que tropezar, pero no hay rastro de pisadas. Se supone que detrás de la ventana hay una posibilidad de roce, un abismo al que tirar el corazón y los papeles
Amanece.

43

Cuando yo tenía 5 años mi madre se pasaba las horas muertas dibujándome a naranjito, citronio y clementina. 
Se sentaba en una silla del cuarto de estar conmigo encima y comenzaba a dibujarlos. Yo me podía tirar tardes enteras embobado mirándola. No hablaba, no me movía, tan solo seguía con los ojos las líneas que mi madre esbozaba en el papel.
Cuando terminaba el dibujo y me lo dejaba, yo intentaba copiarlo y era imposible. 
Mi madre es una maga, lo he sabido desde ese día.
No le ha hecho falta dibujar más veces, pero nunca desde entonces, he habitado el día en el que de una u otra manera, haya hecho la misma alquimia, ya sea con un beso, una palabra o un gesto.
A mi madre le debo mi amor por los cómics y la escritura, porque pronto me di cuenta, que yo tenía otra forma de poder hacer algo parecido con un papel y un lápiz. Por eso no hay día que no ame como ella me ama.

42

La mayoría de las veces actúas para tus amigos, acuden tantas veces como sueñas mostrar, compartir tu trabajo. 
He perdido la cuenta de los locales, bares míticos de Madrid, que independientemente de la gente que el cartel arrastre, no te invitan ni a una cerveza.
Yo sinceramente no pido limosna, cuando termino voy y pago mi cuenta. Pocos se arrancan a compensar tu voz con algún gesto. Y digo gesto porque en estos entornos, queda fuera de toda duda que no vivimos de esto. 
Nuestra vida es esto, no podemos renunciar a las tablas, porque allí volcamos la sangre y el vértigo de la creación, la necesidad irrenunciable de estar ahí. La elección más maravillosa de nuestra vida.
Por eso me duelen los guetos de poetas, las mareas de pseudo-amigos /seguidores ( tú me ves y me adulas, yo te correspondo) que van y vienen y solo se retroalimentan entre ellos, los dueños de templos del arte que te perdonan la vida por solicitar actuar bajo su manto, me duelen las 12000 dificultades para montar un microteatro, mostrarlo, no hablemos ya de una obra de teatro.
Quizás la culpa sea nuestra, porque en este mundo globalizado y devastador, no nos damos el valor suficiente, ya que la arquitectura misma de la sociedad que nos dirige, nos lo arrebata, condenándonos al exilio del ego y la dispersión.

41

Llevo media hora para irme al gimnasio, pero no dejo de dar vueltas, porque tengo la necesidad de escribir.
Tengo hambre y sed, por eso disparo un poema al aire que disipe las nubes. No me queda ni media metáfora. Duele el amor cuando apenas te roza y te quedas con cara de otro mientras arrancan los soles, un día, otro día..
La inmortalidad reside en la soledad y la piedra, porque cuando el silencio te rodea, la muerte no te alcanza y la vida se acomoda en el muro. 
Yo suelto pájaros, cada uno de un perfil diferente. Los crío fuertes, naranjas, sin miedo al horizonte. Por eso siempre vuelven susurrándome al oído que me cruce de ciudad.
Y yo siempre escucho sus nombres. La última vez, fue en Madrid. En un paso de cebra a las dos de la madrugada de un viernes. Un taxi esperaba la mano de quien yo acariciaba como una posibilidad entre un millón. Era un taxi amarillo, que desprendía esa seriedad de historias acumuladas. Una máquina triste con semblante de boxeador inclemente. Me arrebató la dignidad y la lluvia, la posibilidad del beso, me dejó la piel alterada.
Después vino la calma.

40

Desaparecen los buzones, sus estómagos ya famélicos se estiran en un último latido. A cada calle, hay un rastro de letras por el suelo. De vez en cuando alguien intenta armar una frase con los restos, pero las letras ya son agua y el poema es la ciudad entera. 
Yo me pongo a hacer flexiones, abdominales, boxeo con mi reflejo hasta la extenuación, no quiero asomarme a la realidad del desapego, la certeza del lenguaje, la distancia que nos hace otros, los que no fuimos.

39

Naces en el diámetro opuesto de lo evidente
como una punta de estrella que clavada
en el sexo de la tierra abre el porvenir
el horizonte descansa en tus trapecios
lames la distancia del poema
equilibrándolo en idiomas que todavía
no han nacido, Musa
eres
la mujer que se dibuja
en las ciudades
labio y sed
amante oblicua
asesina creces en el cuerpo de la noche
tus pechos apuntan
a la orilla incierta del suspiro
mientras los lobos te aguantan la columna.

38



Un labio exacto:
ese.
Recorrerlo de punta a punta
como quien se lanza al vacío.
Visualizarlo como un continente, un idioma de piel, una certeza o una luna. 
Desligarlo del tiempo, abrazarlo con la intención y la sed.
Imaginarlo aquí en esta noche conmigo.

37

Nos aferramos al móvil, espada de luz que nos imanta, como si nosotros fuésemos su batería.
Pegados a la pantalla, universo, idioma, mundo. Le rezamos, sonreímos a la pantalla como si fuésemos las presas de su voluntad de fotomatón.
Pero las noticias o el amor vienen cuando vuelan, se cuelan por debajo de las puertas, los pestillos, las miradas, los puertos de palabras, los sueños
su naturaleza
atemporal e indomable
no se somete a los muros
de los hombres

36

Abrazo mi debilidad,
asumo mi increíble desparpajo a la hora de decepcionar a los que me rodean.
No esperéis grandes cosas de mí , solo soy un hombre. 
Llevo las costillas astilladas, respiro si se tercia y no creo en el amor.
Quizás me haya construido un personaje atormentado e imbécil, al que una vez le hicieron una herida repetida, corrijo, al que una vez le hicieron una herida que se repite. 
Y la herida, esta que no termina de cerrarse, me ha hecho timorato, imberbe, dispuesto, atento, sutil. No porque sea un santo venido a menos, sino porque tengo miedo al fracaso de los labios.
Y estoy harto de esconderme y estoy harto de salir, porque cuando salgo y voy a morder, la ciudad se da la vuelta y huyen, siempre huyen las mujeres imposibles que se cuentan con los dedos de la mano.

35

La noche nos reclama 
encendiendo imposibles
donde antes había carteles 
publicitarios
Arrojarse contra el cristal
es dar fe de locura
aliento único
Romperse en nombre del origen,
caminar hacía el horizonte
siendo conscientes de su anatomía de diamante
Yo quiero una fuerza igual a dios Madre
una fuerza singular e inherente a mi nombre
no quiero ser avión o coche, ciudadano, profeta o rey
Solo quiero ser capaz de lanzarme al vacío
sin miedo a los cortes
Que el pensamiento dominante
nos bautiza en el nombre de la pausa
la levedad, el no dolor
pero la vida duele
Acostumbraos a su pálpito de aguja,
solo así podréis caer de rodillas.

34

Habla desde la cama, como follando, repite los gemidos barra susurro barra silencio. Sustituye las imágenes por pausas, las pausa por poses y el sentido, por la emoción sucia. Derrite a las niñas que todavía lo son, con palabras de menos, provocando el orgasmo, adoleciendo de la más mínima imaginación. 
Tiene altar fijo en la casa del libro, eterna adolescente, cuya edad oscila entre bares y copas, ceniza y sopa boba. 
La poesía, esta
está cada vez más cerca de los centros comerciales, al lado de los chicles, las gominolas y las Cincuenta Sombras de Grey.
La debemos sin duda todos los focos y los ranking de ventas,
nunca nada fue tan explícito desde los relatos del Nuevo Vale.

33



No hay nada imposible, ni tan siquiera el Amor.

32

Tengo un agujero en la mano
una herida de tiempo
una nota
yo quisiera 
amor digo
yo quisiera
cerrarme la palma
y que amaneciera
en tu espalda esta mano mía
la misma, pero diferente
impregnada de tu olor abril,
que creciera a lo ancho
de tu cuerpo desnudo
Dime si la sientes
que las paredes me encierran
y yo solo sé escribir.

31

Había un hombre con cara de lobo, que presentaba las actuaciones. Lo hacía desde un lugar cercano a la locura y lo surreal. En ocasiones se olvidaba de los nombres de los actores y a mí me daba miedo. 
No le daba miedo al hombre que soy, más bien al niño que habita en mí y que siempre está presente entre bambalinas. 
En un espacio minúsculo, las cinco propuestas escénicas que íbamos a actuar, hacíamos los últimos retoques, mezclando atrezzo, manos y pies, sonrisas, nervios, palmadas, arengas cuasi militares.
Y todo ese vértigo para escuchar ese silencio indescriptible que precede a la salida a escena y que nos hace estar más vivos que nunca.

30

Sol
labio
ventana
como si la vida fuese
una juego colosal e impreciso
donde llenar los huecos
con pasión y aire.

29

Hoy me duele
y lo sabe el corazón
el poema de después
el intento de gritar lo sabe
Me duelo
todo yo
cada milésima
de piel en su universo
y no hay razón para
este dolor más que el
milagro de escribirse
en mi cuerpo que es alma
fracturada, ecuación irascible,
soledad de boca apátrida.