domingo, 28 de diciembre de 2014

CCLXVI

Renuncio a las listas 
de mejores libros de poesía,
prefiero seguir buscando.

Los mejores poemas se instalaron en mis ojos,
lejos de los artificios de mercado.


La poesía no necesita cifras, ni decálogos, 
si acaso arqueros que disparen al cielo una y cien veces,
porque las flechas siempre vienen de vuelta,
porque las flechas siempre se nos acaban clavando.

CCLXV

La piel al tacto de otra piel
ese momento,
planea por encima
de cualquier telediario,
pistola o moda

habitando ese silencio
que restaura, sana, es.

CCLXIV

Hay poetas que dicen lo que piensan
como un eslogan natural y efectista,
dan a los oídos de las masas lo que las masas quieren oír

yo digo no confundáis naturalidad con belleza,
al centro de la tierra se accede de otra forma
la mayoría de las veces confundimos el arco iris
con los caballos de vapor.

CCLXIII

Digo huella
y hablo de barcos y lluvia
imágenes como pinceladas
grises, tan lejanas del centro

hablo de aquello que se desprende
del ombligo
para girar
en el fondo de mis ojos

a veces las utilizo en el poema,
me las arranco de cuajo
para que respiren realidad
y sueño

solo así se desbloquean
los caminos.

CCLXII

El poema
antorcha que descubre
lo que hay detrás de la cortina azul
como una expedición de mis voces
agrupadas por países, idiomas, mundo

templo abierto a tus ojos
labio
tallo de sueño

resume la historia jamás contada de las nubes
redefiniendo la proporción exacta de los cuerpos
el amanecer, la huella

dejando constancia
de lo que habita
en el instante
de la palabra libre.

CCLXI

La imaginación es el territorio inexpugnable,
una suerte de horizonte extenso y habitable
que cobija las diversas formas de los sueños.

domingo, 21 de diciembre de 2014

CCLX

La galaxia es un resorte de cristal
que al liberarse, pincha huecos que liberan límites

Desde tu pupila a mí: un sueño

Me detengo ante tu imagen, te hablo despacio,
resumo todas las ciudades que alguna vez visitaré

Nunca hubo un amor más imposible que este,
que crece en el territorio de la imaginación y el poema

Probablemente lo leas sin saber que cada coma,
bebe de la posibilidad de que algún día recibas el mensaje

Hasta entonces seguiré siendo tu amigo espacial,
el eterno arquitecto de planetas
que vive a diecinueve portales de distancia.

CCLIX

Reparas la herida original
cuando sueñas o imaginas
y el motor es la ilusión por venir,
el siempre balanceo de las posibilidades.

CCLVIII

En la virtud de enseñar
anida la precisión, la delicadeza
no se puede ser Dios
antes que maestro

si mucho sabes
es porque mucho aprendiste,
no me hables desde la cima de la montaña.

CCLVII

Hay días como grises
a media voz,
indómitos satélites
de otros que nunca fueron

la tristeza anida en la corteza

como un fuego sutil
que avanza a través de los sueños

nada se puede hacer
no intentes parar el terremoto

la casa cae, los hombros caen, la piel se desprende
y te quedas solo.

CCLVI

Nada se parece
a esta noche oscura y cruel
encuadrada en el silencio
de pronombres

necesito un árbol
un labio, un hueco

una antorcha que blandir
como si fuese una espada

solo así
podría volver
de donde nunca estuve.

CCLV

El mundo: este
no tengo clara mi función
apenas recuerdo mañana

a estas horas, todavía me cuesta
contestar a la pregunta
que me hicieron hace treinta años

no sé que quiero ser
siento decepcionar a los exactos

vengo y voy, pruebo
sacrifico mi alma en ocho horas
(pero
siempre camino hacia el poema
con los dieciocho sentidos)

me aplico a las tablas también
herido de vida y vértigo,
feliz de estar ahí a pesar de la dificultad

bailando por dentro de mi cuerpo.

CCLIV

No es bueno observar
el amor con los ojos
la soledad reafirma las heridas, retrocedes
y el mundo es un espacio hueco 
donde solo se escucha una voz

¿cuántas veces te ha tocado ser Cyrano?
¿qué falla en tu voluntad?
si tienes la misma cantidad de órganos que el otro
pero no se te ve

se repite el mismo atril desde la infancia
o ese espacio donde escribes poemas
que alimentan el vacío de latir.

CCLIII

La soledad
o esa sensación de distancia
con la otra piel.

CCLII

Cuarenta caballos
una estampida
el corazón
no se sostiene.