domingo, 18 de enero de 2015

CCLXXVI

Ninguna pistola ejerce su oficio de manera limpia
el derecho a la vida está por encima de cualquier creencia,
en nombre de ningún Dios podéis dictar la muerte de nadie
como tampoco podéis dar la vida.

Sois iguales que yo y que él, nada nos diferencia del origen.

Podemos cambiarnos los nombres de los Dioses,
diferenciarnos por países y en esencia, 
seguiremos siendo la misma suma de carne y latidos
matándonos los unos a los otros sin demasiado sentido.




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