domingo, 21 de diciembre de 2014

CCLVII

Hay días como grises
a media voz,
indómitos satélites
de otros que nunca fueron

la tristeza anida en la corteza

como un fuego sutil
que avanza a través de los sueños

nada se puede hacer
no intentes parar el terremoto

la casa cae, los hombros caen, la piel se desprende
y te quedas solo.

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