domingo, 23 de noviembre de 2014

CCXL

Tengo una inclinación natural 
a escribir poemas de madrugada cuando vuelvo de la noche, 
justo en esa hora en la que el estómago dicta argumentos,
flechas que prenden huecos, tímidas razones.

La soledad apenas puede sostenerme
en ese momento en el que me gustaría ser mucho más que yo.

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