domingo, 10 de junio de 2012

XXXVII


Ya no sé si este oficio de soñarte,
de seguir haciéndolo 
después del olvido entre líneas, 
con tu labio fuera de alcance
y tu mirada limpia de mí, 
es amor o simple locura.

El mundo es tan irreal que los sueños son las únicas ventanas.

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