domingo, 10 de junio de 2012

XXIII


La luna resiste, sin apoyo de estrellas,
como un borrón de un cielo claro, se queda.

Convive con el sol por unos minutos.

Se miran y bailan, sin esconder su naturaleza.

Desnudos, valientes, ajenos al devenir de las aceras.

No hay comentarios:

Publicar un comentario