Frente
al cajero
automático
(
como una pistola recargada y precisa)
La
pantalla dice:
¿quiere
un préstamo?
-
presionar si o no-
justo
antes de escupir los 20 pavos
Me
cubro el mentón
bailo
alrededor de la oferta
y
suelto el puño como si sirviese
de
algo
El
sistema se protege, me traga
soy
Neo en la habitación
de
las lámparas, donde el
arquitecto
más antiguo de la historia
dirige
cada parcela del mundo
que
nos ahoga, que nos separa.
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