Que la única lanza sea la de Don Quijote, pensaba hace unas horas,
con la tímida esperanza del que a veces sueña.
Pero la realidad ha vuelto a toneladas, de poco han servido los sueños,
las manifestaciones,las palabras, cuando la brutalidad del hombre
aplasta de manera sistemática cualquier avance.
Cada vez menos Sanchos en este mundo violento, absurdo y demente.
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