Poco tiene que ver con el aplauso.
En el reino de las tablas sobran egos, unilateralidad.
En el reino de las tablas sobran egos, unilateralidad.
El que lo probó lo sabe.
No hay nada comparable a ese preciso momento en el que fluye la realidad de la escena como única realidad posible. Ese instante es lo más parecido a la magia, la intensidad, el punto más alto de vínculo entre dos cuerpos.
No hay nada comparable a ese preciso momento en el que fluye la realidad de la escena como única realidad posible. Ese instante es lo más parecido a la magia, la intensidad, el punto más alto de vínculo entre dos cuerpos.
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