El hombre que era sombra
viajaba a galope
viajaba a galope
se escurría de las suelas de su amo
cada noche,
rompiendo las diademas
de la calle siete
cada noche,
rompiendo las diademas
de la calle siete
siempre hubo un guardián
por cada antorcha,
cien pares de ojos que
nunca pudieron apresarle.
por cada antorcha,
cien pares de ojos que
nunca pudieron apresarle.
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