Habían corrompido el bosque
llenándolo de trampas
Las peores eran esas que activaban
el miedo de los caminantes
con historias confusas
A cada milla recorrida
una casa empapelada
de noticias horribles,
mezcladas con anuncios
que incitaban a la gente
a comprar todo aquello
que no necesitaban
Luego estaban esos zeppelines
que volaban bajo
y nos impedían soñar con el cielo
más allá de las copas de los árboles
A cada paso
los adultos se paraban a esconderse
detrás de una roca o un pronombre
Nosotros, los niños
no entendíamos muy bien lo que sucedía,
tan solo queríamos seguir jugando
entre la hierba.
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