me tenía que dormir porque sino los reyes no vendrían,
pero pasaban las horas y los párpados seguían en pie
Poco a poco, sin apenas darme cuenta, fui convirtiéndome en humo
tenue silencio que precede al color
Lentamente, los sonidos se fueron mezclando
al unísono de los rayos de sol
dibujando un círculo donde tres indios fumaban
Yo los admiraba como se admira a los héroes,
por eso me senté a su lado, copiando la postura
durante horas y noches, días
Cuando me decidí a romper el silencio, desperté
Y la realidad solo era humo. Humo, también.
ResponderEliminarSalud-os