Siete de cada nueve poetas tienen el hígado perforado, por
algún amor que fue, el alcohol de alta graduación o el manillar de la bici
cuando en alguna ocasión han insistido en el deporte.
Dos de cada tres tienen el ego elevado y/o han
leído a Nietzsche.
Seis de cada diez,
terminan los versos alargando los finales, como si la boca misma del poeta,
fuese una raqueta en posición de revés, en la mano de Rafa Nadal.
Dos de cada cuatro cantautores son también poetas (
afirmación no conmutativa, ya que si más de un poeta pretendiese cantar,
bajaría estrepitosamente el índice Nikkei y el mundo tal como lo conocemos
desaparecería)
Uno de cada tres poetas susurra al micro, solo
al micro. En su vida cotidiana pueden hablar normal e incluso dar gritos.
Cinco de cada seis poetas han publicado un
poemario/ ario.
Dos de cada seis poetas llevan sombrero/ eros.
Uno de cada 1000 poetas publica con Planeta.
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