Para la revolución
dos claveles,
para tu risa
un escenario.
Que las tablas te impulsen
a desabrochar el idioma común
de las butacas del amanecer
y siempre vueles a pesar de la lluvia
o el cuerpo de ciudad.
El mundo necesita de tu asombro,
nada es lo que parece
cuando se actúa o se vive.
dos claveles,
para tu risa
un escenario.
Que las tablas te impulsen
a desabrochar el idioma común
de las butacas del amanecer
y siempre vueles a pesar de la lluvia
o el cuerpo de ciudad.
El mundo necesita de tu asombro,
nada es lo que parece
cuando se actúa o se vive.
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