Hay tantos tejados como noches de pie
en las que una imagen vale más que el intento de escribir un poema
en las que una imagen vale más que el intento de escribir un poema
Noches como castillos de ruegos
en los que la estrella
oblicua hiere la piel de los hombres mansos
en los que la estrella
oblicua hiere la piel de los hombres mansos
Noches de lobos y rastro de sangre,
alcohol para las
heridas de una ciudad a punto de partirse
en el intento de alcanzar
la huella del sol.
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