A veces me gustaría tener una respuesta hacia adentro, una caricia
un gesto amable de ese otro que me mira.
Por eso cuando está irascible, voy a contarle la última película que he visto,
la música que he escuchado en el trayecto hacia el trabajo,
la textura de la voz de mi madre cuando me llama a la oficina.
Le describo con lujo de detalles el sabor del café a las 5 de la tarde,
cuando me escapo a la azotea del edificio a saborearlo
entre imágenes de cielos superpuestos.
Le cuento que hay una mujer que me vuelve loco,
la dibujo con la voz y con los ojos, pronunciando su nombre,
le cuento mis avances, mi particular manera de llevar a la práctica
el poema: " Táctica y Estrategia"
solo así al final consigo que sonría.
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