Las olas te acariciaban los tobillos
cuando poseído por la locura,
pretendías caminar hasta el borde del mundo
Ansiabas renovarte
aprendiendo el idioma del mar y la noche
Después de caminar doscientas lunas
con la mitad de sus soles
allí, al borde del último recuerdo,
el mar te devolvió los ojos de niño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario