sábado, 18 de abril de 2015

28

Me fascinan
los cuerpos en movimiento,
la poética del giro

la sencilla pauta de libertad
cuando el amor se ejecuta
en dos pasos

Me duelen también
como todo lo hermoso
que te quiebra la pausa

Se aceleran el corazón
y las imágenes,
la vida en foto deja de existir
y cambiamos de cielo y de vaso

Yo te digo que quiero comerte la boca

fíjate bien en este verso que te acabo
de esculpir, porque llegará el día
en el que no podamos frenarnos.


27

No hay tregua
las guerras estallan
sin oposición de ciudad, razón o viento
yo era un hombre que escribía y actuaba
mis libertades solían empezar
en la hoja en blanco
allí nombraba, dibujaba, exigía audiencia
a la imaginación
hasta que llegó el día,
un día como cualquier otro
pero con una deliciosa diferencia: tú.

miércoles, 15 de abril de 2015

26

No percuto 
quiero que el corazón 
se suavice.
No sé montar a caballo, 
no sé creer en los cuentos
la humanidad no me exige
Soy una perfecta máquina encajadora.
A pesar de la mandíbula de cristal y los talones estrangulados
¿hasta cuándo?




25

Hay una soledad especifica 
como de manto que te envuelve 
y tu cuerpo se cierra a las señales. 

Podrías echarle la culpa a la escritura,
 a la intimidad del libro, a la frecuencia de luna. 
Pero lo cierto es que cada vez te encierras un poquito más detrás de los cristales. Y ella pasa y tú detrás, capaz de recitar 29 poemas o de subirte a las tablas del teatro, pero si se trata de quitarse los ropajes de la historia, el peso te atrapa.

Llevo 19 meses sin besar a una mujer y te aseguro que mis arterias te necesitan. Así que si me ves torpe o ciego, no te quedes con la cascara, arráncame la sábana, descúbreme libre.

24

Siento que hay zonas de mi creatividad inhabitadas,
la soledad no ayuda 
a conquistarlas

Me gustaría plantar un beso 
y escribirte un árbol.

23

Hazme caso si te digo
que las calles se reducen
cuando desligas tus talones
de esta ciudad
Tú que tu pelo dejas
a las puertas de la tarde
como si el viento pudiera tocarte
aún dejándote escapar
Que tu nombre lleva clavado
desde entonces en cada punta
de las horas, como una luna
descolgada y palpitante
que me besa en el cuello
Dejaste esa marca
avisando a mis sueños
de tu juego,
como quien conjuga
los tiempos simples
del horizonte

y yo te canto
y yo te labio
y yo te vuelo